La noche de la luna llena

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Este texto está dedicado a mis amigos:

Oscar Velasco ( Colombia)

Nahuel Prats (Argentina)

Andrés Guitierrez (Colombia)

Gabriel Bedoya (Perú)

Julio Bustamante (Perú)

Juancho (Colombia)

Catherine (Colombia)

Rodrigo Bustillos (México)

Uriel y sus dos amigos (Argentina)

Siempre soñé con escribir mencionando la ubicación, así que empezaré.

Una noche en las playas de Koh Phangan, Tailandia. Era la Full Moon Party y estábamos en una calle llena de latinos, todos bailando, cantando y disfrutando. Era un sueño: Latinoamérica unida.

Con felicidad agitando las banderas, Oscar, mi compañero de viaje, me acompañaba a todas partes. Recuerdo que a Nahuel no le gustaba bañarse con agua fría, incluso cuando estábamos en la playa. Es el hincha más aficionado que he visto; con su bandera de Talleres de Córdoba se paseaba por toda la playa.

Gabriel y Julio nos salvaron la vida en Phi Phi. Andrés llevaba consigo una botella de Aguardiente Blanco del Valle. Rodrigo, un mexicano buena onda; Juancho, Cathe y los argentinos, fueron con los que amanecí en la playa, con quienes aguanté hasta las 10 de la mañana.

¡Que siga la rumba! ¡Somos los invictos! A todos ellos, gracias.

Aquella noche todos teníamos nuestra mejor pinta; habíamos seleccionado entre nuestra ropa de mochileros lo más elegante y acorde a la ocasión. Con cuidado había escogido lo que usaría para adornar mi sonrisa.

Nuestros cuerpos estaban pintados de colores con diseños creativos. Oscar y yo llevábamos mensajes alusivos a la paz y a la onda hippie; era arte en nuestro cuerpo, siendo nosotros mismos.

Caminamos hacia la montaña de la felicidad por unas malteadas especiales que le dieron el toque magistral a esa noche. Feliz con mi cámara, grababa lo mejor de nuestra noche. Felices con un solo objetivo: pasarla bien, regalar sonrisas, hacer amigos, contar historias, conocer, vivir, bailar.

Las calles de Koh Phangan son angostas y están llenas de comida. En un momento desesperado buscábamos un puesto de Pad Thai o Fried Rice. ¿Pad Thai o Fried Rice? Qué decisión más difícil.

Una noche en Tailandia fui especialmente feliz. No me cambiaría por nada ni por nadie; no extrañaba a nadie en casa y no pensaba en ninguna otra persona que no estuviera con nosotros en ese momento. Esa noche el tiempo no importó, esos amigos que conocí adquirieron la misma importancia que tenían los de antes.

La amistad no se define por los años, sino por la calidad de los momentos. Esos chicos, de esa noche, se convirtieron en mis compañeros. Bailábamos canciones que para mí eran nuevas, pero para mis amigos en Colombia eran una reliquia.

A la mañana siguiente no provocaba nada… solo dormir hasta tarde y recuperar toda la energía que entregamos en aquella noche. ¡Lo dimos todo y la vida nos regaló un momento incomparable!

Saltos, gritos, banderas, salsa, reggaetón, cumbia, buckets, mushroom shakes, peruanos, argentinos, colombianos y chilenos. Mi parche más cuático.

¡Gracias!

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Lina María Zapata

Hola, soy Lina María Zapata. Comunicadora social y periodista especialista en Mercadeo y branding digital.

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